Recientemente, en el marco de su 50 Aniversario, el Project Management Institute (PMI), realizó una compilación de los 50 proyectos más influyentes de los últimos 50 años. En el blog de Proyecteus estaremos publicando semanalmente una breve reseña de cada uno de ellos. Esta es la primera entrega de la serie. 

Sidney Opera House

Cuando los arquitectos que lideraban la licitación para la construcción de una nueva “Opera House” en Sidney vieron los planos enviados por el arquitecto danés Jorn Utzon, quedaron impresionados: “Era algo irreal. Los vi y pensé; ¡Dios mío!, esto es fantástico, es una lástima que no se pueda construir“, afirma Jack Zunz, exdirector de la firma de ingeniería Arup. Estaba casi en lo correcto.

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La construcción del proyecto ganador de Utzon por la firma Arup comenzó casi dos años después, en 1959, con un apretado calendario de 4 años y un presupuesto de $7 millones de dólares australianos. La impaciencia por comenzar significó que el tiempo para la gestión de requerimientos y planeación se vieran seriamente comprometidos. Los miembros del equipo tenían una escasa cantidad de planos para trabajar y los problemas en sitio comenzaron a hacerse presentes cuando los diseñadores (ubicados en Reino Unido) tomaban semanas para contestar preguntas y ajustar los planos. El progreso era mínimo.

No fue hasta 1961 cuando Utzon y Arup resolvieron el problema de cómo construir el ahora icónico techo con cubierta. Pero poco después, Utzon renunció al proyecto.

Los tres arquitectos que tomarían el proyecto nunca habían trabajado juntos antes y dieron por hecho que recibirían planos detallados del proyecto. No podían estar más equivocados; siete años después de iniciado el proyecto los planos seguían incompletos.

Fue hasta 1966 que el equipo finalmente pudo publicar el plan general; esto ocasionó un fuerte debate público y disputas entre las partes interesadas.

Entre otros problemas, los ajustes que se tuvieron que hacer a los planos originales obligaron al gobierno australiano a buscar estrategias para encontrar millonarios fondos para darle nuevos aires al proyecto. Esto obviamente generó polémica y malestar entre ciertos sectores de la sociedad.

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La Casa de la Opera de Sídney abrió al público en 1973, 10 años calendario después de lo planeado y con un sobrecosto de 1357% . Al final, tomó 14 años y un costo de $102 millones de dólares australianos convertir esos fantásticos planos iniciales de Utzon en realidad. Sin embargo, pocos se atreverían a argumentar que su construcción no valió la pena.

Actualmente es considerada una de las maravillas arquitectónicas del mundo moderno y uno de los lugares más influyentes de la historia; la Casa de la Opera de Sídney es el sitio más nuevo en ser reconocido como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

La obra arquitectónica atrae más de 8 millones de visitantes cada año y en 2013 un reporte de la firma Deloitte calculó los ingresos que genera anualmente en $775 millones de dólares americanos.

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Sin duda, su construcción nos ha dejado muchas lecciones aprendidas para el mundo de la Gestión de Proyectos, pero quizá la más importante sea la de no desistir cuando se trate de proyectos que nos reten y pongan a prueba nuestra capacidad de crear e innovar.

Al final, a pesar de las dificultades, con base en una clara identificación de los beneficios del proyecto y con el apoyo de una sólida gestión de riesgos, vale la pena realizar proyectos ambiciosos y trascendentales.

En Proyecteus sabemos que con las metodologías y herramientas adecuadas tu proyecto puede pasar de ser una gran idea a convertirse en realidad.

Este artículo es una traducción/adaptación de un fragmento del estudio Most Influencial Projects, del Project Management Institute. Si te interesa conocerlo completo y en inglés puedes visitar https://mip.pmi.org/